Uno de los elementos más versátiles y utilizados en el mundo de la pastelería es la Crema, en sus distintas presentaciones: líquida como elemento para dar cuerpo a una preparación, semi batida para dar cremosidad, o batida a punto chantilly perfecta para decorar.
En nuestro camino como pasteleros, todos llegamos al punto de preguntarnos cuál es nuestra mejor opción entre Crema de Leche y Cremas vegetales, y para respondernos, debemos conocer los pros y los contras de cada caso. En un principio, ambas opciones se trabajan de manera similar, ya que deben ser refrigeradas durante varias horas antes del batido, y es ideal si el bowl y los insumos a utilizar también se encuentran fríos.
Crema de Leche
En el caso de las cremas de leche es importante fijarnos en la cantidad de materia grasa. Ésta debe ser al menos del 30% para que nuestra crema tenga más estabilidad al momento de batir. Un punto a favor de esta opción, es el sabor lácteo que deja en sus preparaciones por lo que es preferida por muchos, y el hecho de que es un producto más natural, con menos aditivos químicos o saborizantes artificiales. Hay que considerar que su sabor es neutro, por lo que puede ser utilizada en preparaciones saladas y si la quieres como decoración de tortas y postres, debes agregar azúcar y saborizantes.
Sin embargo, esta crema puede ser más complicada al momento de utilizar ya que existe el riesgo de que se corte tu preparación si es batida en exceso buscando el punto perfecto y aunque es posible recuperarla, significa tiempo extra y un estrés considerable si debes entregar pronto tu producto y no cuentas con un plan de respaldo. Otro aspecto a considerar es que la crema de leche es sumamente sensible a la temperatura, por lo que si es temporada de verano y el postre que hagas debe estar varias horas sin refrigeración, no sólo sufrirá tu decoración sino que también puede agriarse la crema, arruinando tu producto por completo.
Cremas Vegetales
Por otro lado, las cremas vegetales son más prácticas y fáciles de trabajar. No sólo existe una amplia oferta con distintos sabores y opciones de acuerdo a que tipo de preparación necesitas, sino que presenta menos riesgos y preocupaciones que la opción anterior. Es posible sobrebatir las cremas vegetales quedando más firmes de lo que requieres o con demasiado aire incorporado, pero se soluciona fácilmente agregando un poco de crema líquida a tu mezcla y batiendo sólo hasta integrar; nunca llegará al punto de cortarse y necesitar medidas que requieran mucho tiempo para corregir. Aparte, las cremas vegetales son más estables al momento de ser expuestas al calor (la temperatura máxima exacta depende de cada crema) y hay menos probabilidades de que se afecte su sabor. Un aspecto importante, es que algunas marcas ofrecen cremas vegetales ya endulzadas, por lo que es importante que verifiques esa información antes de agregar cualquier tipo de sabor o dulzor a tu preparación.
Finalmente, deseo aclarar que ambas opciones son excelentes, todo depende de tus gustos y el uso y condiciones que tendrá cada preparación. Si el postre que harás permanecerá refrigerado hasta el momento de servir y te gusta el sabor lácteo y el uso de ingredientes menos procesados, no dudes en usar crema de leche, ya que es perfecta para rellenos, mouses y postres fríos. Si en cambio requieres una decoración rica, rápida y más estable a temperatura ambiente, te sirve perfectamente la crema vegetal. Ambas son opciones deliciosas, versátiles y tienen su momento ideal para ser utilizadas.